Abogados de Nuevas Tecnologías

Proteger tu software (utilice o no IA) empieza por determinar qué partes son patentables (en caso de que cumplan los requisitos de novedad y actividad inventiva) y qué elementos se rigen por los derechos de autor.

Además, resulta esencial revisar las licencias de todas las librerías, datasets o componentes de inteligencia artificial que utilices, para evitar infringir derechos de terceros.

Para proteger el software se deberán redactar, además, contratos para colaboradores y empleados, estableciendo la titularidad de los derechos y la confidencialidad.

Una vez todo esté bien documentado, podrás inscribir tus obras en registros oficiales o recurrir a depósitos digitales que avalen tu autoría y tus derechos de explotación.

Primero, necesitarás textos legales que incluyan el aviso legal, la política de privacidad y la política de cookies, además de unas condiciones de compra claras que detallen precios, envíos, devoluciones y garantías.

También es fundamental cumplir con la normativa de protección de datos (RGPD) y con la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI-CE) si realizas comunicaciones comerciales por correo electrónico o newsletters.

Asegúrate de contar con un proceso de pago seguro que cumpla con los requisitos de la normativa europea y con mecanismos para resolver disputas de consumo.

Si piensas expandirte internacionalmente, revisa la legislación de cada mercado antes de lanzar tu tienda o firmar acuerdos con plataformas externas.

Depende de si cumple los requisitos tradicionales de la patentabilidad: novedad, aplicación industrial y actividad inventiva.

Muchos desarrollos basados en IA o blockchain pueden ser demasiado abstractos si no se concretan en una solución técnica clara y verificable. Se recomienda un estudio de viabilidad, revisando patentes previas y analizando si tu propuesta ofrece algo realmente original.

También conviene considerar la protección mediante el derecho de autor, en caso de que tu innovación no se ajuste a la vía de las patentes. Una combinación de patentes (si procede), registro de software y contratos adecuados puede proteger eficazmente tu tecnología contra copias o usos no autorizados de terceros.

Lo principal es revisar los contratos de trabajo o de prestación de servicios que firmasteis en su momento. Dichos contratos deberían especificar la cesión de derechos de autor o de propiedad industrial de los desarrollos que se generen.

En caso de conflicto, recopila pruebas que demuestren que el desarrollo nació dentro de la relación laboral y que la aportación principal fue de la empresa (por ejemplo, documentación interna o versiones previas del código).

Dependiendo de la complejidad del caso, quizás debas acudir a abogados especializados para llegar a un acuerdo amistoso o defender tus derechos ante un tribunal.